Seguramente ahora las
horas se cuentan por elocuentes suspiros o por los mohínos pensamientos que te
dedico. Si te soy sincera perdí la cuenta del tiempo que ha pasado desde la
última vez que escribí sobre ti como si
fueses algo bueno.
Y cierto es que exorbitantes
fueron los incomprensibles que
me decían que lo nuestro era un
sin-sentido mas yo veía
nuestro sin-sentido demasiado perfecto,
solamente yo lo veía así…
Imploro e imploro para que ojalá fuese el frío el culpable
de la desazón en el tórax y no tu alusión, empero la sequía de tus besos
tambalean mi universo pues ya no sé si vivo echándote de más, o echándote de
menos.