Páginas

lunes, 24 de diciembre de 2012

Y correré...


No sé cuánto más podrán aguantar mis quebradizos pies, o cuánto sudor podré seguir derramando...
Ya perdí la cuenta de las pisadas desnudas que dejé por toda la calzada o cada recuerdo que fui olvidando en cada esquina.
Cada vez que las nubes lloraban, mis botas se volvían a ensuciar de barro y mi fe, solo se convertía en un gran cansancio.
Donde acababa un camino, comenzaba otro más monótono, y pese a que fueran sueños de asfalto, sabía que esta carrera no tendría una meta.
Estaba sola. Cada paso indeciso que daba se sincronizaba con una gota de agua que impactaba contra el súelo.
No sé que hago aquí, acelerando mis piernas sin tregua, corriendo mientras la ropa se me pega al cuerpo y mi tez se moja por la tormenta.
Pero aun queda mucho trayecto, porque no sé a donde voy, solo sé, que algún día, llegaré.


No hay comentarios:

Publicar un comentario