Me frustran tus frustraciones. Tus acciones. El álter ego que
escondes tras tus inocuas palabras. Tu excesivo odio hacia un probable
metamorfismo en nuestra necia manera de pensar. Porque sí, quizás no te des cuenta,
pero hemos cambiado menos que las putas piedras.
Necesito que sepas que es una maldita inquina para mí, darle mil vueltas a mi ajada mente y ver que no me he movido ni siquiera
del sucio banco en el cual sigo esperando a que vengas. Porque si, quizás fui muy poco ponderada al creer que estar contigo podría ser menos arriesgado que un enroque. Mas no me calles si no necesito callarme. No me
mientas. Porque me frustras. Me frustro porque cabe la remota posibilidad de
que sea demasiado tarde para matar esta ilícita
supeditación, por el simple hecho de que ya formas parte de mí. Engreídas tribulaciones nocturnas que frustran... Engreído tú porque me frustras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario